En cualquier crónica del Espartatlón encuentras referencias al calor que pasaron los participantes, historias de deshidrataciones, de control en la toma de sales, de ansias, a veces satisfechas, de tomarse una cerveza helada en medio de la carrera...
Las galerías de fotos están repletas de corredores sudorosos y cuerpos refritos por el sol, cielos despejados con un despiadado y brillante astro, todo tipo de gorras, gorros y sombrillas para protegerse...
Buscando estadísticas de temperaturas en Grecia durante el mes de septiembre encuentro notas como ésta:
"Atenas en Septiembre: unos pocos días lluviosos (3.3), cantidad relativamente baja de precipitaciones (13.9 mm), muy caliente durante el día (29.2 °C / 84.6 °F), noches no muy frías (17.3 °C / 63.1 °F)."
No parece demasiado extremo, pero claro, están hablando de medias, de los mas usual, pero hay años en que el calor ha sido especialmente intenso, entonces el número de finishers se reduce enormemente.
La edición de 2012, memorable por el tercer puesto absoluto de la gran Lizzy Hawker, ha sido la de mayor calor de los últimos años, y el porcentaje de finishers bajó a un escuálido 23% (72 llegados de 310 participantes). Por el contrario, en años descritos como especialmente "frescos" el número de corredores que alcanzan la meta crece enormemente. En particular, la edición de 1997 fue hasta gélida en algunos tramos, y presentó el mejor porcentaje de finishers de las 31 ediciones celebradas hasta el momento: un 59 % (76 de 128).
Para combatir el calor cada corredor adopta su propia táctica, desde los que se cubren de arriba a abajo con ropas claras, hasta los que van prácticamente "en pelotas":
Un caso extremo se ve en estas fotos, el alemán Nikolaos Adam disputó la carrera en 2012 pese a padecer una fuerte intolerancia a los rayos solares.
Viendo estas imágenes me acuerdo de los tuaregs, los hombres azules, cubiertos de arriba abajo con prendas azul oscuro en pleno desierto, y se supone que así están mas frescos… ¿tendré que presentarme en Atenas en pelotas o como Nikolaos?
Sobre la adaptación al calor, he leído en blogs de espartatletas británicos como suspiraban por un verano cálido, a fin de poder entrenar en esas condiciones. También Mark Woolley relata como sale a entrenar a media tarde en el verano malagueño.
El verano por fín llegó a Tenerife hace 4 días, hasta ahora no ha hecho calor de verdad, así que yo estoy aprovechando estos días para entrenar también a mediodía o por las tardes temprano, y aunque es inevitable que los entrenamientos sean menos intensos, al menos espero que refuercen mi adaptación al calor.
Si finalmente tenemos un septiembre fresco en Grecia tendré mas posibilidades de alcanzar la meta, pero seguramente mi hermano Fernando estará presto para recordarme que un Espartatlón sin calor no es un Espartatlón ni es nada... casi mejor que haga calor.
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