miércoles, 20 de agosto de 2014

Herodoto y Filípides

Desde hace meses la historia se repite:

X: "Hola, qué flaco estás... ¿cuál es la próxima?"
Yo: "Pues una por Grecia."
X: "¿Cuál es?, ¿qué distancia?"
Yo: "¿Te suena Filípides?"
X: "Sí, el que corrió desde Maratón y murió tras anunciar la victoria."
Yo: "¡ERROR!"

En ese momento es cuando empiezo a soltar el rollo...

HERODOTO de Halicarnaso, el investigador:

Parece ser que nació alrededor del año 485 a.C. en Halicarnaso, lo que hoy es la ciudad turca de Bodrum, en la costa del Asia Menor que baña el mar Egeo. Era de familia adinerada, por lo que se supone que recibió una buena formación, según era costumbre en la época. Su vida estuvo sacudida por multitud de acontecimientos políticos, intrigas, guerras, fundación de nuevas polis... El siglo V a.C. se vivía muy intensamente.

Su espíritu crítico y observador le llevó a viajar por todo el mundo conocido de la época: Grecia, Asia Menor, la Magna Grecia (Sur de Italia y Sicilia), el Imperio Persa, Egipto, Libia (Norte de África), el país de los Escitas (Bulgaria y Rumanía), el Mar Negro, el Danubio, y llegó por el norte hasta el río Dniéper, en lo que hoy es Moldavia. Herodoto contempló varias de las maravillas de la antigüedad como Susa, Babilonia,  Tebas, Menfis, Atenas en su máximo esplendor,... Conoció a Pericles, y entre sus amigos se contaban otras figuras de la cultura clásica como Sófocles y Anaxágoras. Parece ser que sus viajes e investigaciones eran patrocinados por la polis ateniense.
El mundo conocido por Herodoto.
Todo el saber que acumuló Herodoto en sus viajes fue plasmado en su obra capital (la única que se conserva), que lleva por título sencillamente Historiae (Historias), que en griego antiguo podía significar "investigaciones". Y es que eso era lo que pretendía transmitir Herodoto, la realidad de lo que observaba, introduciendo en sus "historias" no solo los acontecimientos históricos, sino también datos geográficos, costumbres y cultos, anécdotas, fauna y flora, clima,... Aderezaba todo ésto con un intento de objetividad aparentemente sincero, comenzando muchas de sus aseveraciones con frases como "según dicen los persas...", "Pero si creemos lo que dicen los atenienses...", "Pero no me atrevo a asegurar si ...", etc... Atribuyen a Herodoto una frase que dicen pronunciaba tras leer sus historias en público: "Así lo vi, así os lo cuento",

"Historias" fue dividida posteriormente en nueve libros (por lo visto por parte de los gramáticos de Alejandría), y se abre con el siguiente párrafo (he leído varias versiones diferentes, supongo que traducir el Jónico es una actividad que se debe afrontar con cierta flexibilidad para que el texto sea inteligible a nuestros oídos):

"Heródoto de Halicarnaso va a presentar aquí frutos de sus investigaciones llevadas a cabo para impedir que el tiempo borre la memoria de la historia de la humanidad, y menos que lleguen a desvanecer las grandes y maravillosas hazañas, así de los griegos como de los bárbaros. Con este objeto refiere una infinidad de sucesos varios e interesantes, y expone con esmero las causas y motivos de las guerras que se hicieron mutuamente los unos a los otros"

Bueno, parece que Herodoto era un tipo objetivo... ¿y qué? ¿esto no iba del Spartathlon?

Paciencia... El libro sexto de "Historias" narra las Guerras Médicas, y se cree que Herodoto nació entre las dos primeras, por lo que, aunque en la segunda aún era un niño, y ni siquiera había nacido en la primera, por descontado que conocería posteriormente a muchas personas que participaron en estas contiendas, escuchando sus historias de primera mano. Me imagino a un buen número de veteranos soldados escuchando recitar a Herodoto aquellos acontecimientos. En esos tiempos supongo que si contase alguna falsedad lo pasarían por espadas y lanzas con total tranquilidad... 

Pero... ¿qué esto de las Guerras Médicas?, ¿Gregory House contra la doctora Grey?

Las Guerras Médicas fueron parte de los conflictos que durante siglos enfrentaron a las ciudades-estado de la Grecia clásica con el Imperio Aqueménida, vamos, los Persas. Lo de Médicas viene porque los griegos llamaban Medos a los persas, aunque sabían que en realidad los Medos fueron una civilización anterior. En principio los persas debían pagar tributo al Imperio Medo, pero en un momento de la historia se produjo un cambio, y los persas absorbieron y ampliaron el imperio Medo. La historia del Imperio Aqueménida termina con la conquista de Babilonia, Susa y Persépolis por parte de Alejandro Magno, en el año 330 a.C.

La segunda Guerra Médica se ha hecho muy famosa en los últimos años por el episodio de la Batalla de las Termópilas, ya saben: Leónidas y los 300 espartanos (y 1.000 guerreros de otras regiones) contra el ejército de Jerjes (unos 250.000 soldados). Esto fue por el año 480 a.C.

Anteriormente, el padre de Jerjes, Darío I, inició la primera guerra Médica, y en verano del año 490 a.C. hizo que su ejército desembarcase en las playas próximas a Maratón...

Por fin llegamos al punto que interesa al espartatleta, Herodoto dejó escrito en el libro sexto lo siguiente:

"CV. Lo primero que hicieron dichos generales, aun antes de salir de la ciudad, fue despachar a Esparta por heraldo a Fidippides, natural de Atenas, hemeródromo (o correo de profesión). Hallándose este,según el mismo decía y lo refirió a los Atenienses cerca del monte Partenio, que cae cerca de Tegea, apareciósele el dios Pan, el cual habiéndole llamado con su propio nombre de Fidippides, le mandó dar quejas a los Atenienses, pues en nada contaban con él, siéndoles al presente propicio, habiéndoles sido antes muchas veces favorable y estando en ánimo de serles amigo en el porvenir. Tuvieron los de Atenas por tan verdadero este aviso, que estando ya sus cosas en buen estado, levantaron en honor de Pan un templo debajo de la fortaleza, y continuaron todos los años en hacerle sacrificios desde que les envió aquella embajada, honrándole con lámparas y luminarias.
CVI. Despachado, pues, Fidippides por los generales, y haciendo el viaje en que dijo habérsele aparecido el dios Pan, llegó a Esparta el segundo día de su partida, y presentándose luego a los magistrados, hablóles de esta suerte: -«Sabed, Lacedemonios, que los Atenienses os piden que los socorrais, no permitiendo que su ciudad, la más antigua entre las griegas, sea por unos hombres bárbaros reducida a la esclavitud; tanto más, cuando Eretria ha sido tomada al presente y la Grecia cuenta ya de menos una de sus primeras ciudades.» Así dio Fidippides el recado que traía: los Lacedemonios querían de veras enviar socorro a los de Atenas, pero les era por de pronto imposible si querían faltar a sus leyes; pues siendo aquel el día nono del mes, dijeron no poder salir de la empresa, por no estar todavía en el plenilunio, y con esto dilataron hasta él la salida."
FILÍPIDES, el corredor:

Parece claro que Filípides no tiene nada que ver con Maratón. El cronista mas fiable, Herodoto, no lo vuelve a nombrar, y por lo tanto no se sabe si a su vuelta de Esparta llegó a tiempo para la batalla, o se quedó ya a descansar en Atenas. Nótese que la hazaña de Filípides consistió en una trayecto de ida y vuelta de Atenas a Esparta, es decir, lo que hoy sería un doble Spartathlon.
Monumento a Filípides.
¿Pero por qué la confusión?, ¿de dónde salió la historia del mensajero que llegó a Atenas procedente de Maratón? El asunto es que otros historiadores, muy posteriores a Herodoto, tratan sobre esa carrera que anunciaba la victoria de los griegos.
Primero fue Plutarco (46 d.C.), que cita a un mensajero llamado Tersipo, basándose en otros relatos de un astrónomo, Heráclides Póntico, que nació 100 años después de la battalla de Maratón. Posteriormente Plutarco alude al mensajero con el nombre de Eucles... En la historia de Plutarco, Tersipo/Eucles muere tras dar el mensaje de la victoria. Dicen que Plutarco era corredor de fondo, y que incluso se preparaba para participar en los Juegos Olímpicos, ¿pueder ser que inventara estas historias para "adornarse"? 
Parece ser que éste es el texto de Plutarco:

"Así pues, la noticia de la victoria en la batalla de Maratón la comunicó, según narra Heráclides Póntico, Tersipo de Erquía. Pero la mayoría de los historiadores dice que Eucles tras correr armado, todavía acalorado por la batalla, y caer ante las puertas de los magistrados dijo sólo esto: “Hola” y “estamos a salvo = hemos vencido” y a continuación murió. En verdad este hombre llegó como mensajero enviado por sí mismo de una batalla en la que él mismo había luchado; pero supón que algún pastor o cabrero apostado en alguna colina o atalaya habiendo sido un espectador distante del combate y habiendo visto este gran acontecimiento, más grande que lo que podría narrar cualquier lengua, hubiera llegado a la ciudad como un mensajero sin heridas y sin una sola gota de sangre y hubiera reclamado recibir los honores que recibió Cinégiro, o Calímaco o Policelo, porque comunicó sus hazañas, sus heridas y sus muertes, ¿acaso no se podría pensar que superaba la desvergüenza?"

Mas tarde aún, un siglo después de Plutarco, otro historiador, Luciano de Samosata (125 d.C., es decir, 600 años después de Herodoto), atribuye esa carrera a Filípides, y se dice (yo me cubro, como Herodoto) que con este texto:

"Se dice que el primero que utilizó esta fórmula (se refiere a Xαίρετε) fue el corredor Filípides al comunicar la victoria desde Maratón ante los arcontes sentados en sus sillas y preocupados por el final de la batalla. “Alegraos, somos vencedores” y tras decir esto murió con la noticia y expiró con el saludo."

Mucho mas tarde aún, en 1897, un poeta inglés, Robert Browning, popularizó definitivamente el bulo del corredor de Maratón con éste poema:

"Εntonces, cuando Persia fue polvo, todos gritaron: “¡A la Acrópolis!
¡Corre, Filípides, una carrera más! ¡Tendrás tu recompensa!
Atenas se ha salvado gracias a Pan. ¡Ve y grítalo!” Arrojó él su escudo,
corrió otra vez como una saeta; y toda la extensión entre el campo de hinojo
y Atenas de nuevo fue rastrojos, un campo que recorría una saeta,
hasta que él anunció: “¡Regocijaos, hemos vencido!” Como vino que se filtra en arcilla,
la felicidad que fluía por su sangre le hizo estallar el corazón: ¡el éxtasis!
"

Por si fuera poco, Herodoto relata además que la carrera hasta Atenas no la realizó ningún mensajero, sino el ejército ateniense al completo. Tras consumarse la derrota en la llanura de Maratón, los persas embarcaron de nuevo y dirigieron sus barcos hacia Atenas, con la esperanza de hallar la ciudad desprotegida y saquearla tranquilamente. El asunto es que cuando los persas alcanzaron las costas frente a Atenas, ya los atenienses estaban allí, tras una memorable carrera en la que no peleaban por ninguna gloria deportiva ni ningún tesoro, sino por su casa, su familia, su condición de "hombres libres", su vida completa... Los persas, desanimados al contemplar el despliegue defensivo, volvieron la proa hacia Asia Menor.

En el libro sexto Herodoto detalla estos acontecimientos:

"CXV. En efecto, los de Atenas con esta acometida se apoderaron de siete naves. Los bárbaros, haciéndoles retirar desde las otras, y habiendo otra tomado a bordo los esclavos de Eretria que habían dejado en una isla, siguieron su rumbo la vuelta de Sunio, con el intento de dejarse caer sobre la ciudad, primero que llegasen allá los Atenienses. Corrió por válido entre los Atenienses, que por artificio de los Alcmeonidas formaron los Persas el designio de aquella sorpresa, fundándose en que estando ya los Persas en las naves levantaron ellos el escudo, que era la señal que tenían concertada.

CXVI. Continuaban los Persas doblando a Sunio, cuando los Atenienses marchaban ya a todo correr al socorro de la plaza, y habiendo llegado antes que los bárbaros, atrincheráronse cerca del templo de Hércules en Cinosarges, abandonando los reales que cerca de otro templo de Hércules tenían en Maraton. Los bárbaros, pasando con su armada más allá de Falero, que era entonces el arsenal de los Atenienses, y mantenidos sobra las áncoras, dieron después la vuelta hacia el Asia.
"

Pues éstas son las historias que he leído sobre estos personajes, sin los cuáles, no existiría el Spartathlon. Yo me quedo con la versión de Herodoto, naturalmente, y a veces me pregunto "¿Se conocerían? ¿Escuchó alguna vez un joven y curioso Herodoto estas historias de boca de un curtido y veterano hemeródromo? ¿Sería el propio Filípides, con las rodillas hechas puré?".

La figura de Filípides se pierde en los mares de la historia, sólo 4 veces lo nombró Herodoto en sus crónicas, y 2.500 años después yo pienso en él casi todos los días. Todo por correr, qué barato le salió...

Y este es el final de éste ladrillo, si has llegado hasta aquí te felicito, cualquier día te veo inscrito en el Spartathlon...

¡HERODOTO!, ¡FILÍPIDES!, ¡ESPARTA, ESPARTA!

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